La vida puede ser caótica y ajetreada, y a menudo nos centramos en el pasado y el futuro, olvidándonos de estar en el momento. El presente está sucediendo ahora mismo y es el único momento que tenemos, es el único momento en el que podemos respirar. Sin embargo, muchos de nosotros lo damos por sentado y no apreciamos los pequeños elementos de la vida que la hacen poderosa y especial. Puedes entrenarte para detenerte y estar en el momento, encontrar la paz interior y la tranquilidad siguiendo unas sencillas recomendaciones.
Concéntrate por completo en una acción específica.
Tómate un tiempo para concentrarte en un momento específico. Deja de hacer todo lo que estés haciendo y concéntrate en una sola cosa. Esto te permitirá centrarte en una tarea y despejar por completo tu mente de todo lo que no sea el momento presente. Por ejemplo, prepárate una taza de café y piensa en cómo sabe cuando te lo tomas. Concéntrate en cómo sientes la taza caliente en tus manos. Piensa en la mezcla de sabores. ¿Cuál es la temperatura cuando toca tus labios? Todas las metas, preocupaciones y objetivos deben abandonar tu mente. Centrarte en una acción te permite apreciar y disfrutar las pequeñas acciones de la vida, aparentemente insignificantes. Te sentirás más tranquilo, más en paz.
Apaga tus dispositivos.
Las pantallas son parte integrante de nuestras vidas. Pero siempre estamos conectados y consultando el correo electrónico o las redes sociales. Tómate un tiempo para apagar el teléfono y la tableta. Desconectarte brevemente te permitirá centrarte en lo que estás haciendo ahora. Quizás tomar un café con un amigo o entablar una conversación, sin centrarte en nada más que la conversación o la actividad.
Sal a pasear.
Un paseo es una de las mejores formas de conseguir una mentalidad de presente. Te permite despejar rápidamente la cabeza de pensamientos y preocupaciones innecesarios o intrusivos. Mientras caminas, piensa en dónde estás. Aprecia la sensación del suelo bajo tus pies y la temperatura del aire. Piensa en los sonidos de la naturaleza y aísla cualquier otra distracción. De este modo, tu mente se llenará de pensamientos tranquilos y calmantes mientras disfrutas del aire libre y te preocupas sólo de lo que te rodea.
Practica la gratitud.
En nuestras ajetreadas vidas, podemos olvidar por qué estamos agradecidos y con qué disfrutamos. Tómate un tiempo para escribir, pensar o incluso grabar una lista de cosas que aprecias. Por ejemplo, puedes agradecer a tu familia, tus amigos, tu trabajo o tu casa. ¿Has podido comer hoy? Piensa en lo que te aporta alegría en el momento presente, y esto te permitirá sentir una sensación de positividad, calidez y entusiasmo.
Conéctate a tierra
Damos por sentados nuestros sentidos. El olfato, el gusto, el oído, el tacto y la vista nos permiten experimentar las alegrías de la vida. Son poderosos e influyentes, pero muchos no les dedicamos tiempo. Tómate diez minutos de tu día para sentarte sin moverte. Permítase despejar la mente, sin pensar en nada más que en cómo su cuerpo y sus sentidos responden al mundo que le rodea. Esto te permitirá estar presente en el momento y vivirlo plenamente.
Dedicar un momento del día a estar presente te puede hacer sentir más feliz, más tranquilo y más agradecido por las pequeñas cosas de la vida. Todos podríamos aprender a tomarnos un momento para parar, pensar y disfrutar de cada segundo de nuestro día.